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ravenshines

Domingo 12:08 de la mañana

Acabamos de hablar por teléfono y, como siempre, he tenido que hacer la gracia y ponerte de malas pulgas con la gilipollez esa del mensaje. Aún así, este mail no es para quejarme de lo mal que lo hago todo, para auto-compadecerme delante de nadie ni cosas de esas, eh?

Uno de los motivos por los que no quise beber ayer es porque tenía muy claro que nada más llegar a casa quería escribirte e-mail para enviártelo mañana nada más llegar a casa de la abuela. Lo malo es que, con la tontería, se me hicieron las 7:38 de la mañana y a esa hora ni la falta de inspiración ni el sueño me iban a dejar escribirte algo en condiciones. Es ahora, nada más levantarme, y no se muy bien si en frío o en caliente, cuando me sale escribirte unas palabras.

¿Sabes? Hace la tira que no le escribía un mail a nadie... de hecho, creo que uno como este no debo haberlo mandando nunca.

Como te he comentado por teléfono, acabo de descargar las fotos y los videos del concierto y, mira, nada más verlos es que te tenía que llamar para ver cómo llevabas “El día siguiente” y para decirte que tenía ganas de verte un rato (como siempre), aunque al menos hoy tenía la excusa e las fotos, jeje...

Aún no he desayunado y no creo que lo haga porque los domingos cuando me levanto de haber salido por ahí, suelo hacerme la comida directamente. Pero hoy no: la música ya esta sonando a toda pastilla en el ordenata (siii, hay alguna de Fito que suele colarse de vez en cuando en las que escucho mientras escribo), tengo la intención y espero tener también las palabras de escribirte este mail que realmente no se hacia donde se dirige.

La noche de ayer fue bonita... muy bonita. Ayer brillabas de alegría y, absolutamente, todas las tonterías o malos rollos que puedan surgir de ahora en adelante se perderán como lágrimas en la lluvia cada vez que recuerde la noche de ayer.

Se que fue muy especial para ti ... pero también lo fue para mi.

Tu no puedes entenderlo pero lo que me pasa contigo es una cosa muy extraña e intensa y me supera con creces en algunos momentos pero se que tiene sentido. Seguramente, tu dios y nuestro destino lo conocen, pero, mientras, tienen que estar partiéndose viéndonos a veces más perdidos que nada.

Pero sí, lo que me pasa contigo es algo muy especial. Te tengo cariño y, mucho más que eso, claro, sabes de sobra que te quiero con locura. Y bueno, encima tengo esa extraña sensación de que nuestros corazones van a estar unidos hasta el infinito pase lo que pase así que acabaramos!!!

¿Sabes? Este es uno de esos puntos cuando estas escribiendo algo importante en los que notas que se te va la fuerza y crees que no vas saber plasmar en letras la complejidad de lo que sientes o que, si lo logras, la persona que lo lea luego no va a tener ni zorra de a qué te referías con esa metáfora o, bueno, simplemente no le llegue tu mensaje. Pero bueno, seguimos...

Mira, hay gente que a la que le cuesta soñar. A veces una serie de malas experiencias, decepciones, cosas como lo de tu casa, la falta de ilusión o (dios, que triste!) de imaginación les priva de una de las cosas más bonitas que existen: la capacidad de soñar, de fantasear, de querer que cosas que parecían imposibles o muy lejanas se vuelvan realidad. Alguna vez hablando contigo he notado que, en ese sentido, a ti te pasa eso a ratos ... y me jode. Me jode que una persona tan joven, tan especial y con tanto potencial este privando al mundo, a los demás y, sobre todo a sí misma, de su capacidad de soñar. Me jode más aún si me pongo a soñar (jiji) mirando al futuro y veo que una pequeña porción del mundo puede haber mejorado gracias a ti y tus sueños. Y, vale, me jode pero se queda ahí porque ni tu ni yo vamos a dejar que muera esa ilusión ni ninguna de las que vayan surgiendo.

Lo de ayer fue una prueba de muchas cosas y sería perfectamente extrapolable a muchas situaciones de nuestra vida cotidiana. Lo de ayer fue una prueba, por ejemplo, de que muchas veces hay que ayudar a los demás cuando tienen un sueño tenemos que apoyarlos incondicionalmente, tenemos que ayudarles a vencer sus miedos y darles un empujón hasta que, casi de sopetón, se encuentren, por ejemplo, en un concierto de Fito o estudiando en Valencia; en ese sentido, queriéndote como te quiero, no podía permitir que pasara esto del concierto, sabiendo que era algo tan especial para ti. Por el otro lado, lo de ayer fue una prueba clara de que no todo el mundo quiere hacernos daño; yo creo, que a veces, casi como una especie de equilibrio natural después de una serie de malas experiencias, la vida te manda una señal que te recuerda que no todo es mierda ... en ese sentido, creo que tanto tu como yo hemos sido una buena inyección de moral en la vida del otro. Lo de ayer, en definitiva, fue una buena muestra de que hay que seguir soñando y que bueno, aunque nos encontremos cosas malas a veces también pasan cosas buenas que, juas, a lo mejor hace dos meses ni las habíamos pensado, y que son esas cosas buenas en las que tenemos que apoyarnos cuando estamos tristes o desanimados.

No se muy bien como seguir por aquí y me gustaría que supieras como me siento a veces cuando pienso en ti. Ahora mismo por ejemplo, que tendrías que verme con un careto de gilipollas y con la cara cubierta de lágrimas. No tienes ni idea pero...

“Ojalá no me sintiera así, ojalá fuera una persona diferente y esto no me pasara, ojalá pudiera controlarlo, ojalá ella supiera lo mucho que la quiero y que pase lo que pase me tiene para lo que quiera...”

No se, lo mismo sería una muestra de los pequeños flash que recorren mi mente en esos momentos. Pff, es como si, en el sentido platónico más puro, mi alma recordara que una de las misiones que tiene en esta vida es hacer que pase lo que pase tu seas feliz, que nunca te sientas sola y que pase lo que pase solo tienes que decirlo y vendré (y bueno, como puedes comprobar, muchas veces no tienes ni que decirlo). Y esa última frase no la digo en plan coña romántica ni nada de eso: de hecho es una de las muestras e sinceridad más puras que he dado en mi vida. Es así de sencillo y así de simple y mira, joder, es que a veces me causa conflicto porque nos conocemos poquito tiempo (aunque es verdad que parece muuucho más), porque me doy cuenta que eso no está originado por lo que siento por ti sino que tan sólo pasa “por que tiene que pasar”... porque sabes que yo a veces me rayo más de la cuenta. Juas, de sobra sabes que soy un monstruito que piensa con el corazón y sólo utiliza la cabeza de vez en cuando.

Bueno pues eso... creo que ya debes estar harta de leer este mail eterno. Solo queda una cosa...

Además, la canción que suena ahora es “La casa por el tejado” y se presta muy mucho a sacar lo de “el beso ese”. Y no me refiero al que te pedí durante el concierto. Me refiero al que más miedo me daba... al que podía no haberte dado nunca más.

Creo que esa sensación me ha estado persiguiendo desde el mismo momento en que decidimos poner en pausa “lo nuestro” y pasar a ser “amigos” (muy especiales, eso siempre). Ya sabes cómo pasó todo: nos liamos algún día después y por un momento que utilicé la cabeza para decir que no quería seguir así y luego te solté una frase que te hizo daño. Y no quería soltarte eso ni quería dejar de besarte y por haber dejado que mi cabeza pensara por mi cerré de un portazo la posibilidad de volver a besarte nunca. Pff, dándole la vuelta, sería como un borracho se pusiera pegar estufidos y luego se hubiera dado cuanta de lo que había hecho: algo muy jodido y ya no hubiera vuelta atrás.

Mi mente asumió bien el hecho de que no ya no tenía por qué que pasar nada entre nosotros pero mi corazón se lió y es como si con aquello que te dije una parte de mi se hubiera quedado enganchada al cerrar la puerta y me impidiera seguir andando. Me sentía como si esa parte estuviera atrapada y me angustiaba pensar que no iba a poder despedirme en condiciones de una de las historias amorosas (nosotros íbamos a seguir siendo amigos) más bonitas que me han pasado en la vida. Después de eso, cuando quedábamos era como si mientras hablábamos o caminábamos por ahí, yo estuviera intentando soltar sin ningún éxito esa parte de mi que se había quedado atrapada ... y bueno, no lo conseguía y eso me causaba malestar y me sentía muy raro.

Lo de ayer lo necesitaba. Lo necesitaba para al menos liberar esa parte de mi que estaba presa, lo necesitaba para decirte que de todos los agostos de mi vida el de este año ha sido el mejor, lo necesitaba porque me gusta como besas y querías sentirme así una vez más. Lo necesitaba para no sentirme mal por aquello que te dije y porque cuando estoy contigo quiero andar sin ataduras y ser yo mismo siempre. Lo necesitaba para poder seguir con mi vida en ese sentido y para ya no fastidiarte más (que, joder, ojalá no lo hubiera hecho todos estos días) y dejarte seguir con la tuya... No podía seguir avanzando igual que no consigo que se sequen mis ojos de una puta vez si no te lo decía y porque si voy a ser tu ángel de la guarda no quiero hacerlo con unas alas enredadas en alambre de espino que no me dejan volar.

Después despedirnos bajé todo el camino a Murcia llorando y pensando que quería que supieras todo esto, aunque me daba miedo no saber decírtelo o no tener fuerzas para decírtelo a la cara. Y lloraba de alegría porque lo necesitaba y eso... ahora lloro porque quiero que todo salga bien y eso es que seamos felices y no dejemos de querernos nunca. Y porque no quiero que eso cambie estemos con otra persona (Miguel Ángel, Rocío o quién sea), solos o, pff quien sabe a estas alturas, juntos. Es por esto, por lo que quería mandarte el mail contándote todo contento cómo me sentía.

Era sólo eso. Se que me he alargado mucho hasta llegar aquí pero necesitaba dejar que fluyeran las palabras y que esto saliera solo, aunque haya tenido que ser en la tercera página. Este mail acaba ya niña... lo demás ya nos lo podemos decir a la cara ;)

Muchas gracias por haberme quitado las espinas y ojalá pudieras estar bajo mi piel para saber lo mucho que te quiero.

Tu ángel sin alambre de espinas

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